Artículo escrito por Vivianne Crowley para su columna “Greening the Spirit” en Patheos.com Traducido al Español por Madelaine Benítez (LaMadduk)
Llegamos entonces, los últimos hijos de Cerridwen,
hijas de la Luz y la Oscuridad, y los hijos de la Muerte.
Buscamos su presencia en las colinas salvajes del Norte,
pero en la soledad, no te encontramos.
Buscamos tu presencia en la luz de Este,
pero en las nieblas de la madrugada, no te discernimos.
Buscamos su presencia debajo el sol del Sur,
pero donde las sombras se encogen, no pudimos ver tu rostro.
Entonces buscamos tu presencia donde el viento duerme en el Oeste,
pero en el silencio, no escuchamos tu voz.
Vivianne Crowley (1984)
Mi práctica espiritual central es la Wicca. He practicado Wicca casi toda mi vida y mi vida se ha formado en el servicio a la misma. Hace unas semanas, cuando estaba dando una charla pública, alguien que ha estado en la Wicca incluso más tiempo que yo me preguntó si me arrepentí de dedicar mi vida a este camino.
La pregunta surgió de la nada en un foro público y me tomó por sorpresa. Yo nunca había pensado en ello. Entonces la respuesta vino espontáneamente, y sin arrepentimientos porque «Yo soy lo que soy». Si yo no hubiera practicado Wicca, el fulgor que empezó en mi infancia y a al que me comprometí más formalmente a en mi adolescencia, yo no sería la persona que soy ahora.
El «yo» de quien soy ahora no puede desear ser alguien más que YO. Si seguimos un camino espiritual en profundidad, esto cambiará quién y qué somos. No hay vuelta atrás. Sólo podemos movernos hacia adelante.
Tengo la fortuna de tener muchos amigos de mi misma edad o mayores que yo que también han mantenido el rumbo. ¿Cómo nos hemos mantenido en el camino todos estos años?
¿Qué nos mantiene en el camino?
Es fácil ver lo qué nos atrae a la Wicca cuando somos jóvenes. Su simbolismo es glamoroso y excitante. Ofrece empoderamiento y, para las mujeres sobre todo, un rol atractivo que puede ser que no se encuentre en otro lugar. Pero para que una tradición espiritual mantenga a sus adherentes, a través de todas las diferentes etapas del ciclo de vida, debe poder responder a las preguntas existenciales que surgen a medida que nos enfrentamos a los problemas que encontramos en la sociedad, en nuestro medio, y dentro de nosotros mismos. Para que una tradición espiritual pueda mantener a sus miembros en la mediana edad y la vejez, debe proporcionar una forma de encontrar sentido a la existencia humana y sentido al universo.
Al principio, el viaje Wiccan puede ser fácil. Desarrollamos nuevos poderes y nuevas y valiosas relaciones. Empezamos a tener más confianza en el potencial latente dentro de nosotros mismos. Empezamos la búsqueda espiritual y las barreras interiores son retiradas. Llegamos a ser como la carta de La Estrella o El Sol en el Tarot Waite. Nos abrimos y encontramos desnudos bajo la luz de la inspiración y la iluminación. Pero el patrón del universo es la oscuridad y la luz, el brillo y la sombra, el sol y las nubes, la noche y las estrellas. Y, inevitablemente, el momento de la prueba llega. Surgen desafíos en la vida diaria y, tal vez, al tratamos de superarlos fallamos. Apelamos a los Dioses, hacemos magia, y los Dioses no nos contestan, pero los hechizos si funcionan.
La Noche Oscura del Alma
Todas las tradiciones espirituales reconocen que hay momentos en que parece que los Dioses nos han dado la espalda. El vínculo Divino que percibimos internamente y en nuestros rituales desaparece. Es como si la Diosa misma se hubiera retirado. La puerta del templo interior ya no se abre. Nos hundimos tal vez en la depresión y la desesperación; y entramos en la “Noche Oscura del Alma».
Hemos venerado nuestras deidades y perseguido con entusiasmo el camino espiritual y mágico. Nos hemos encontrado con el poder y la energía de nuestros Dioses y ellos han hablado con nosotros. Ellos han inspirado nuestros corazones y mentes, y hemos hecho su obra. Y, llega un momento en que los Dioses no hablan; cuando las imágenes se desvanecen. Nosotros desconfiamos de nuestras visiones y nos cuestionamos. ¿Es el camino de una ilusión? ¿Habríamos estado mejor siguiendo el camino de los demás? ¿Deberíamos habernos enfocado más en nuestras profesiones y ganar dinero en lugar de perseguir la búsqueda espiritual?
Tal vez en algún momento nos sentimos superiores a otros que no habían tenido la visión mística. Tal vez pensamos que nuestro propio camino es mejor que el de los demás. Tal vez ahora sentimos que nosotros fuimos los engañados y que ellos fueron más sabios que nosotros.
Nosotros sabemos sobre la desilusión cuando vemos el lado oscuro de nuestro camino. Vemos personas siendo personas, desgarradas por la maldad, los celos y la envidia. Entendemos por qué estas palabras aparecen en el texto ritual.
Volviendo a la fuente
Y entonces, cuando parece que no hay manera de avanzar, algo sucede. Recordamos las palabras de la Diosa, “si lo que busquéis no hallareis dentro vuestro….” Nosotros regresamos. Volvemos al principio, hacia el libro que primero nos despertó, o mejor aún, el lugar en la naturaleza donde nos sentimos más cerca de los Dioses. Vamos hacia lo profundo de nuestro interior y entramos en el silencio interno. Escuchamos y esperamos a que los Dioses nos concedan una nueva visión; y, la respuesta aparece.
Descubrimos que la forma en la vimos el cosmos antes era simplista y que la realidad es tanto simple y más compleja que lo que nunca habíamos soñado. Nos encontramos con que detrás de los símbolos e imágenes de nuestra tradición se encuentra algo más misterioso, poderoso y bello que nunca habíamos supuesto. Nos encontramos a nosotros mismos acercándonos a una nueva realización y nuestro entendimiento evoluciona. Llegamos a la vuelta, sobre la espiral de un nuevo punto de vista, donde lo que vimos fuera, se internaliza dentro de nuestro ser. Profundizamos nuestra conexión con lo Divino. A veces perdemos ese sentido, a veces se hace más fuerte, pero siempre está ahí.
Nuestra visión se ensancha. Nos volvemos conscientes del sufrimiento en el mundo y sentimos una conexión con toda la especie humana y animal. Esta visión nos sostendrá por mucho tiempo. Tal vez ahora que vemos que nuestro camino es en verdad solo uno de los muchos, y que tiene grandes falencias así como grandes fortalezas; pero intuimos que aunque varias de sus ideas sean confusas, dentro de ellas existe una gran y poderosa verdad. Y luego, con el tiempo, nuestra visión evolucionará aún más, algo dentro de nosotros se mueve haciendo que se disuelva un poco más la barrera entre el Yo y el otro. La personalidad que hemos construido en esta encarnación se vuelve menos importante y una luz interior brilla a través nuestro, que atrae a la gente hacia nosotros, porque toca algo muy profundo dentro de ellos.
Entendemos que nosotros somos y no somos la luz que brilla a través nuestro. Y la identificación con esto, que al principio era plagada por nuestro Ego, ahora comienza a desaparecer. Tomamos un paso más en nuestro camino. La Rueda gira, nuestra perspectiva cambia, nos movemos dichosos hacia adelante, abrazando al Loco y moviéndonos hacia adelante una vez más en la búsqueda de la reunificación con lo Divino, un viaje de la luz y las tinieblas, del dolor y de la desolación; de la risa y el amor. Y, ¿quién puede negar la búsqueda del Grial, si es el propio Grial quien está llamando?
Artículo escrito por Vivianne Crowley para su columna “Greening the Spirit” en Patheos.com Traducido al Español por Madelaine Benítez (LaMadduk) Read this article in FRENCH Read this article in POLISH Read this article in ITALIAN
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